Vulnerabilidad en la mujer en Medea
(Eurípides).
Medea es una tragedia griega muy
conocida por los distintos temas que abarca. El principal de ellos es el amor,
ya que debido al que le tenía ella a su esposo Jasón, luego ocurre la venganza
a causa de una traición. La tragedia está situada en Corinto, en la antigua ciudad
griega, y ocurre una vez desencadenado el conflicto, cuando Jasón abandona a
Medea para estar con Glauce, la hija del rey de aquella ciudad, Creonte.
En este trabajo se analizará cómo
se transgrede el rol asignado tradicionalmente a la mujer, debido al
desequilibrio que se produce por el error humano de Jasón.
En la ciudad griega, el rol de la
mujer se suponía que era pacífico y amoroso. Es decir, que la maldad en la
mujer no existía. Por ejemplo, si ocurría algún conflicto, como el abandono, la
mujer se tenía que quedar callada y no hacer nada, todo lo contrario a cómo era
Medea. El cinismo, es decir, el hecho de mostrar personalidades distintas
siempre, es algo que siempre está presente en Medea y por lo que se la
caracteriza como el personaje activo. Siempre se pone en el papel de víctima,
tanto con el coro como con Creonte. En primer lugar, con el coro, contando sus
males, logra que se sientan identificadas con ella por su rol de mujer. En
segundo lugar, con Creonte, apela a sentimientos de ser padre.
Ya desde el principio, Medea se muestra como
en verdad es cuando traiciona a su patria y a su familia para ayudar a Jasón:
con su carácter salvaje, arrogante, astuta, e inteligente. Además, es también
manipuladora y vengativa, como dice Nodriza, su confidente:
“Con
una pasión mayor, encenderá lamentaciones”
Si bien ésta actitud no era
concebible en una mujer, Medea rompe el esquema aún más cuando comienza a
planear la venganza tanto contra su marido, como para su futura esposa, Glauce:
“Porque
aunque dispongo de muchos caminos funestos para ellos, no sé, compañeras, por
cuál me aventuraré primero: si prenderé fuego a la casa de la novia, o les
atravesaré el hígado arrojando violentamente una afilada espada”
Finalmente, cuando decide la
venganza y termina asesinando a Glauce se desata definitivamente la
transgresión de Medea al estereotipo de una mujer. Hasta el coro de mujeres,
quienes la apoyaban fuertemente, se aleja de ella al enterarse que no sólo
matará a Glauce, sino también a sus propios hijos.
Por otra parte, Jasón se presenta
como el personaje pasivo debido a que responde a las normas, nunca cometió una
venganza y, mucho menos, un delito sangriento, como si lo hizo su ex esposa.
Por su parte, quien cometió el error
que desencadenó el desequilibrio fue Jasón, al abandonar a Medea por otra
mujer. Finalmente, él es castigado, como debería haber sido, por la muerte de
su mujer y por la injusta muerte de sus hijos. Medea no sólo los asesina para
que no sean asesinados por otras manos, sino también para lastimar a su esposo.
En conclusión, Medea hubiera sido
un modelo de mujer siempre si Jasón por la hubiera traicionado. Por eso, ella
desobedece el rol que debe cumplir la mujer en la sociedad griega del siglo V
a.c, para romper con el estereotipo de debilidad y obediencia. Ésta transgresión
produce una inversión de roles de género ya que por lo contrario, Jasón cumple
el rol de héroe pasivo debido a que no cumple decisiones en la tragedia, ni
tampoco comete ningún acción sangrienta ni drástica. La muerte inocente de los
hijos será el pago necesario para restablecer el desequilibrio cometido y para
que ella pueda tener una nueva vida en la patria de Egeo y poder ser madre de
otros hijos.