miércoles, 18 de noviembre de 2015

Encierro

Microrrelato: "Encierro"

Me invade el olor a humedad. No puedo moverme. Tampoco hablar. Ni escuchar. Todo está tan oscuro... ¿Mis ojos están abiertos o cerrados? Quiero gritar. Silencio. Polvo. Mi cabeza va a explotar. Si lo hubiera sabido, habría preferido que me cremaran...

jueves, 22 de octubre de 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

"La noche del polizón" de Andrea Ferrari

Punto 10)
  El final de la historia se da cuando Karmo finalmente logra hablar con su hermano Momo a través de una llamada telefónica. Ese era su objetivo, y lo cumplió, pero aún así el en un momento se había dado por vencido pensando que la llamanda nunca llegaría. El mismo pensaba que estaba bien tener esperanzas, pero no demasiadas ya que muchas esperanzas podrían volver idiota a una persona. Sin embargo, el objetivo se efectuó y por eso podemos hablar de un final abierto.
  Pienso que Momo llegó a la Argentina, pero que no fue tan fácil. Se necesitaron papeles para completar la acción, y luego el dinero que precisaban para cuidarlo. Pero para esto, Karmo consiguió el trabajo de botones en el hotel que le habían propuesto, y para otros problemas que iban surgiendo, Lucia siempre estaba ahí para ayudarlos a ambos ya que se habían reconciliado.
  Momo tuvo que adaptarse a ciertas costumbres las cuales, hasta después de varios meses, les resultaban extrañas. Por ejemplo, cuando llegó la fecha de cumpleaños todos lo sorprendieron con una fiesta y el no sabía bien por qué, ya que nunca antes había pasado por eso, pero aún así estaba contento.  El idioma lo fue dominando con ayuda tanto de Gustavo y su novia, quienes también habían vuelto, de Lucia y de su propio hermano Karmo; pero a pesar de todo, nunca se rindieron y siempre llevaron puesta esa sonrisa que la habían olvidado en su antiguo pueblo.

martes, 11 de agosto de 2015

El karma del secuestrador

Algunos dicen que la noche siempre ilumina mejor, y ésta vez lo podía comprobar ya que iluminaba perfectamente el miedo y temor que sentía en aquella oscuridad. Seríamos la última casa a la cual el secuestrador acudiría y a pesar de las sensaciones que nos provocaba al saberlo, habíamos aceptado pasivamente esa situación. 

En nuestro barrio, en Costa Luna, este hombre era conocido como el "secuestrador de niños" ya que por cada casa que pasaba, raptaba al más pequeño de la vivienda. Lo que nadie sabía era que iba secuestrando de acuerdo al número de casa, de menor a mayor. Solo nosotros nos dimos cuenta del hecho y fue por eso que pudimos detenerlo. Aún así, no sabíamos con lo que nos encontraríamos porque las víctimas habían declarado que nunca le habían visto la cara.

Esa noche, el plan estaba armado: dejaríamos a Jack, nuestro hermanito, solo e indefenso en su habitación mientras nosotros esperábamos al secuestrador. El pobre sentía nervios, aunque por su edad todavía no terminaba de entender la situación.

Eran las tres de la mañana cuando lo vimos llegar. Para nuestra sorpresa, el secuestrador era el ídolo de cada niño ya que era la persona que pasaba todos los días por las casas a vender helados llevando felicidad a las viviendas. Alegraba las mañanas y por eso no aparentaba ser mala persona, pero ese pensamiento cambió cuando lo vimos llevarse arrastrando a nuestro hermano bruscamente.
   
Lo vimos salir de nuestra casa y empezamos con la segunda parte del plan. Activamos la cámara que secretamente habíamos puesto en la ropa de Jack para que nuestros padres pudieran ver si algo malo nos estaba pasando al llevar a cabo la tercera parte del plan:perseguirlo. Lo seguimos hasta el bosque, donde nos perdimos. Detrás de los árboles, la noche se agitaba como un avispero y las sombras silenciosas anunciaban lo peor. A medida que íbamos avanzando, no escuchábamos ni una voz. Era como si el bosque estuviera desierto, aunque aún así sabíamos que Jack estaba en alguna parte gritando por auxilio. Nuestro miedo de no encontrarlos desapareció cuando vimos una tenue luz de fuego. Veíamos siluetas, pero nos costó bastante tiempo darnos cuenta de lo que ocurría: todos los niños estaban alrededor de una fogata mientras que el hombre se encontraba en el medio, riendo tranquilamente. 

No pudimos describir las expresiones que tenían. El miedo en la mayoría se notaba a miles de kilómetros, mientras que algunos se reían de los insensatos chistes que relataba.

Nuestros padres, al ver por la cámara lo que estaba ocurriendo, no dudaron ni un segundo en llamar a demás vecinos. Cuando llegaron al bosque, encerraron al secuestrador en una jaula gigante donde todos podían verlo.

Al estar encerrado intimidado por todos los del barrio, su mirada mostraba enojo pero al mismo tiempo tristeza. "¡No les hice daño... nunca fue mi intención!" gritó mirando a todos una y otra vez. Nos dirigió una mirada a nosotros, quienes éramos los únicos que se animaban a tenerlo cerca, como si fuera una bestia encerrada, y contó en voz alta que su único propósito era revivir su infancia, en la cual no había sido capaz de jugar ni disfrutar con niños por el hecho de haber sufrido maltrato.

Ni siquiera a alguno de los niños le importó lo que decía ya que la persona tan admirada por ellos había terminado por ser el villano de la historia.

Finalmente, lo llevaron a un manicomio en el cual un día, luego de varios años, uno de los doctores entró para darle su medicación diaria y notó que lo único que había en esa habitación eran dibujos de él con niños tomados de las manos pero no había ningún rastro del heladero. ¿Para qué se escapó? Si nadie lo quería, ganaría tan poco con la decisión que había tomado...

miércoles, 8 de julio de 2015

La vulnerabilidad de los chicos que se fugan de sus hogares

 El hecho de que los adolescentes huyan de casa no es algo que ocurre en la actualidad, sino que es algo que viene pasando desde hace años. Sin embargo, que no sea nuevo no significa que no preocupe. La acción de fugarse es una forma de llamar la atención hacia la sociedad para comunicar que algo está pasando.
 En 2014, de los 6015 casos, el 70% fueron chicas que tomaron la decisión propia de irse. Además de las distintas causas como la rebeldía, la marginalidad y otras, la falta de comunicación es lo principal por lo cual los adolescentes de entre 15 y 17 años, o incluso menores, se escapan de sus hogares. Pero, ¿por qué la razón más importante es esa, si el hogar debería ser el lugar que los contenga?
 La falta de comunicación es muy común en los adolescentes ya que comunicar es algo más que "traficar información, hechos y circunstancias". Las palabras comunican así como también silencios y actos.
 La presidenta del consejo porteño, Guadalupe Tagliaferri, dijo: "Son chicos que en realidad no quieren irse de casa, pero sí tienen problemas de comunicación". También cuenta que esto ocurre en todas las clases sociales. Según Nora Vinacur, hay que establecer reglas claras de comunicación ya en la etapa de la niñez.
 Además de la falta de comunicación, la sobreprotección de los padres es algo muy molesto para los chicos. Es de donde surge la rebeldía ya que son esos los padres que en vez de dejar vivir y experimentar distintas cosas a sus hijos, les cuentan cómo es la vida.
 En cuanto a los problemas de convivencia, en la Provincia, de los 3400 chicos que se fugaron, el 46% se fue por ésta razón. En este caso, seguramente ellos no se sienten apoyados ni escuchados por decisiones que toman, o por el ámbito familiar como cuando los padres responden con desganas dándoles a dar conciencia que no tienen importancia.
 En el abuso psicológico, los chicos se sienten lastimados y afectados por los comentario hirientes hacia ellos. A nadie le gusta, ni tampoco merece, ser maltratado o que los culpen por algo que no tienen responsabilidad.
 Los padres deberían tener más atención y precaución sobre sus hijos. Hablar acerca de lo que a uno mismo le ocurre en casa es algo muy importante ya que cuando un adolescente se va de su hogar es porque no puede verbalizar en su familia lo que le está pasando afuera.
 Cuando el lazo familiar es débil, lo que se debería hacer es reforzarlo y mejorarlo, no ignorarlo y dejarlo pasar. Para muchos, irse significa salir a pedir ayuda, cuando en realidad el apoyo y la ayuda debería ser pedida en el hogar de cada uno.
 El final feliz de estos casos sería que se encontraran las razones por las cuales ocurre el conflicto y que se discutieran para solucionarlo.

domingo, 26 de abril de 2015

Crónica

 En el barrio de San Telmo, un hombre terminó con una denuncia por haber demostrado su amor de una forma bastante peculiar.

Una conquista trae más de una consecuencia

  ¿Hasta dónde puede llegar el romanticismo? Esto mismo se preguntaba la joven Julieta Venazi de unos 28 años cuando ayer tuvo que declarar por una denuncia contra su vecino. Este hombre llamado Gonzalo Alzamendi, abogado y soltero con aproximadamente 35 años de edad, es este típico muchacho que nos encontramos en la calle chiflándole a cualquier humano de sexo femenino, tenga 20 años como 70. Es ese que a esas alturas de su vida no encuentra su "media naranja" y no se le ocurrió mejor decisión que demostrarle el amor que le tenía a su vecina mediante un espectáculo con mariachis. Él remaba y remaba, pero no se daba cuenta que en vez de estar yendo a la orilla, se dirigía a la cascada.  
  El hecho ocurrió a horas de la madrugada, lo cual no fue nada amoroso ni para su vecina, ni tampoco para los demás en el vecindario. No fue un hecho íntimo y amoroso, sino que más bien desesperado y grotesco. El hecho fue como el escenario de una película que le da vergüenza ajena hasta al espectador.

Escena capturada por un vecino antes de que el derrumbe se produjera

  Según cuenta Carla Fonelli, quien vive en frente de la casa de Julieta, el hecho comenzó a eso de las 2 de la mañana. "Me despierto por unos gritos horribles, lo que para Gonzalo era llamado "cantar". Pero no me sorprendió en lo más mínimo. El muchacho venía tratando de conquistar Julieta desde hacía mucho tiempo. Él nos contaba que 'su mirada lo desnudaba', cuando en realidad ella ni siquiera lo miraba. Intentaba llamar su atención con cualquier cosa. Revoleaba cosas hacia el jardín de Julieta, para después ir con una excusa a la casa. Hasta una vez tiró al gato y el pobre calló miserablemente a la pileta sin saber nadar"
  Cuando de pronto se cansó de que su damisela no saliera a verlo, con una escalera subieron todos al balcón. Seguían cantando, sin que nada importase. Hasta que finalmente se dieron cuenta de que el piso no estaba en perfectas condiciones, sino que había sido remodelado. Cuando Gonzalo notó lo que pasaba, intentó bajarse, pero en el momento que pisó el escalón de la escalera vio algo que lo atormentó.
 Julieta venía caminando por la calle de enfrente con un hombre demasiado apuesto comparado con el flacucho que intentaba conquistarla desde el balcón. El acompañante tenía un cuerpo fornido que se notaba por debajo de la camisa ajustada que llevaba. No podía compararse con el cuerpo de Gonzalo, que con suerte iba al gimnasio una vez cada 6 meses.
  Los celos lo carcomieron vivo, y más aún cuando notó las manos entrelazadas de los dos tortolitos. Entonces desde el balcón, empezó a cantar hasta que sus pulmones se quedaron sin aire. "¡Salten, salten!" gritaba a sus compañeros. Fue entonces cuando comenzó a escuchar los crujidos de las columnas desplomándose, y posteriormente los escombro y la oscuridad invadieron su vista hasta quedar sin conocimiento.
  Se despertó por la tenue luz que logró visualizar a través de sus ojos semi abiertos y lo primero que hizo al despertarse y encontrarse frente a un montón de policías fue decir: "Quiero ver a Julieta", a lo que le respondieron: "Ya la vas a ver... en la corte" Sintió que el mundo se desmoronaba encima de sí, pero con las pocas fuerzas que tenía, no pudo evitar sonreír al darse cuenta que había logrado evitar ese beso de despedida entre Julieta y su robusto rival. 

martes, 21 de abril de 2015

Día de la Tierra

Para el Día de la Tierra, el 22 de abril, me gustaría compartir este video:

No importa lo corto que sea este video, sino el significado que tiene. La mayoría de nosotros seguimos contaminando, seguimos maltratando al ambiente de una manera increíble pensando que no importa: que los problemas se resolverán solos y que el planeta siempre va a estar, pero nos equivocamos. Hay que cuidarlo de todas las maneras que podamos.
Tenemos que dejar de contaminar, y sería mejor que en vez de sentarnos en una silla a usar la computadora, podríamos sentarnos en la tierra a plantar árboles. Tanto reciclar, reducir y reusar es tan importante como todo lo demás, y debemos tomar conciencia de eso.
Encontré una frase de la sabiduría indio americana que dice: "Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río esté envenenado, y el último pez atrapado, te darás cuenta que no puedes comer dinero" Cuidemos más a nuestra Tierra porque, o cambiamos de conducta o cambiamos de planeta.

domingo, 29 de marzo de 2015

T.P: "Problemas limítrofes de Argentina con sus países vecinos"

CORREGIDO:




PD: En el Powerpoint, en la diapositiva número 3 dice "Clickear la imagen" para verla ampliada. Acá esta el hipervínculo: https://fronterasblog.files.wordpress.com/2010/11/o-trifinium-con-fronteras.jpg, ya que desde Slideshare no se puede abrir.